(14 DE MARZO, 2022) Por J. Jesús Esquivel.
Talón de Aquiles
Washington – Los privilegios y ventajas por abuso de poder en el sistema de justicia de México es un vicio gubernamental que arrastramos desde hace décadas. Esto es un cáncer y no una enfermedad que pensábamos podría aliviar el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Permutar de una Procuraduría General de la República a una Fiscalía General de la República (FGR) autónoma fue la promesa que nos hizo AMLO para garantizar la limpieza de corrupción en materia judicial. Alejandro Gertz Manero fue el elegido del primer mandatario para administrar esa pulcritud y, ¡oh sorpresa!, el fiscal traicionó el mandato.
Con impotencia y rabia, hace unos días nos enteramos por medio de la filtración de una grabación desglosada en seis partes sobre una conversación de Gertz Manero con Juan Ramos López, fiscal especializado de control de la FGR; en ella se manifiesta que desde su puesto autónomo el jurisconsulto máximo del país aprovecha el puesto para intentar manipular a jueces en un caso de su incumbencia.
En Entre calaveras y diablitos esquivamos desmenuzar el pleito familiar sobre el cual Gertz Manero, por su posición, pretende obtener un fallo a su favor porque ese no es el punto. Aquí en las entrañas del averno y jacal de mis padrinos los Chamucos no andamos con medias tintas; las grabaciones evidencian un abuso de poder e influyentismo de Gertz Manero y eso no debería ser tolerado y tiene que ser corregido.
Se equivocó el presidente López Obrador al cobijar a Gertz Manero pese a las evidencias. No debió justificar un contundente hecho de abuso de poder que mancha su estandarte de batalla contra la corrupción e impunidad. AMLO comete un error al decir que el fiscal se está defendiendo de un asunto que involucra a su familia y que son las cortes las que deben tener la última palabra y que debemos esperar al fallo.
Que nos perdone el Chamuco mayor, pero al escuchar las grabaciones, queda claro que la autonomía de la FGR, Gertz Manero se la pasa por el arco del triunfo y enuncia su manipulación sobre los ministros para beneficiarse con una decisión. Borra la imparcialidad con la que se supone debe actuar el sistema judicial de la nación y la Fiscalía.
Señor presidente, tiene que predicar con el ejemplo; Gertz Manero es el Talón de Aquiles de su mandato. Y no, no es usted igual que los presidentes anteriores y eso lo aplaudo. No obstante, con el asunto del fiscal está justamente haciendo lo que hacían sus antecesores.
Probada está la insatisfacción por el actuar de la FGR en gran parte de la población del país y me refiero a los ciudadanos de a pie, no a políticos, académicos e intelectuales ni a las fuerzas de oposición a su gobierno. A nadie tiene contento, por ejemplo, el proceder tan consentidor y flemático de la FGR con el caso de gran corrupción del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin. Este asunto, nada más, hace pensar a la gente de a pie que, para con los políticos, ricos e influyentes, la justicia tiene una cara y otra para con las personas sin ninguno de esos adeptos que son síntomas inequívocos de un cáncer de corrupción.
Enojado y claramente revitalizado por el espaldarazo que usted le dio, señor presidente, al justificar su abuso de poder y decir públicamente que seguía teniendo confianza en él, Gertz Manero acudió a dos noticiarios de medios de comunicación a los que usted, y disculpe mi reiteración, acusa de ser herramientas de la derecha conservadora para minimizar y ensuciar los objetivos de su gobierno; y con el conductor y conductora de esos programas se hizo la víctima.
El fiscal General de la República se inmoló en esos dos noticiarios al declararse blanco de una “extorsión mediática criminal”. ¡Qué barbaridad y que el Chamuco nos agarre confesados!
Nos parece que al fiscal lo agarraron como al Tigre de Santa Julia y se quedó sin dedos para tapar el sol. Si al personaje que se supone tiene todas las ventajas y métodos para agarrar con las manos en la masa lo atrapan moliendo nixtamal en el metate, qué podemos esperar nosotros, los simples y susceptibles mortales de México.
A regañadientes le reconocemos a Gertz Manero su habilidad lingüística para, como si fuera su caso un típico asunto de percepción en la administración de justicia, adjudicarle el sinónimo de extorsión mediática criminal al pecado de abuso de poder, manipulación e influyentismo desde el trono de la FGR. Ahí justo está el detalle.
*J. Jesús Esquivel es periodista, escritor, editor y productor mexicano. Actualmente es corresponsal en Washington de Proceso y colaborador de Aristegui Noticias.